Por Alejandro A. Tagliavini*

              Argentina está de moda. Este jueves, en un momento, ocupaba las tres primeras posiciones entre las noticias más leídas en Bloomberg: 1.- El brote del virus en Argentina se desata mientras la región experimenta cierto alivio, 2.- Los argentinos están comenzando a sacar sus ahorros en dólares de los bancos, 3.- La curva de rendimiento invertida de Argentina refleja el riesgo de incumplimiento.

                         Pero es la clase de moda que definitivamente no recomiendo, de modo que no queda más alternativa que irse, cuanto más lejos mejor. Y esto a pesar de que los ADRs llegaron a subir fuerte hasta 16% -quisiera saber quiénes son los «audaces» que compraron para que suban tanto, salvo que sean profesionales y hayan comprado con la apertura y vendido a media rueda- porque venían de caídas muy fuertes y terminaron aflojando… baja que recién empieza.

                         Por su parte, Wall Street subía, aunque poco e inestable, debido a las especulaciones de que se reanudarán las conversaciones sobre una nueva ronda de estímulo económico -inflación, burbuja- estímulos que, en la práctica, se terminaron en junio, aunque sus efectos llegaron hasta estos días. Pero el titular de la Fed, no intentó esconder el hecho de que otro paquete de estímulo “es crítico para que la recuperación continúe” -léase, que se inflen más las bolsas- aunque aludió a la probabilidad de que no se materialice debido a la disputa en el Congreso entre la Administración y los legisladores demócratas.

                         Las empresas de tecnología y los minoristas lideraron el avance de las acciones, luego de una caída temprana que llevó el indicador de referencia un 10% por debajo de su máximo de septiembre. En particular destaca Tesla (NASDAQ: TSLA) que resiste bastante bien la decepción por el “batery day”. Los datos de la explosión de la vivienda también impulsaron las ganancias, superando las decepcionantes solicitudes de desempleo.

                        El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó un punto básico hasta el 0,66%, esto quiere decir que su precio sube debido a las constantes compras, de hecho, gana un 15% en lo que va de 2020.

                        Ahora qué pasa con el oro que ha bajado tanto, o es que subió el dólar. No voy a renegar de mi preferencia por el oro como inversión conservadora en el largo plazo: cuando Richard Nixon puso fin al sistema de Bretton Woods en 1971, es decir, desligó definitivamente al dólar del metal precioso, su precio rondaba los US$ 40,62/onza, lo que significa que hasta hoy aumentó un 5000%, u 800% en términos reales descontada la inflación.

                        El metal precioso comenzó a subir con decisión desde que tocara fondo a mediados de marzo en 1.451,50 dólares para alcanzar máximos históricos en 2.073 dólares en la primera semana de agosto. En lo que va de septiembre, el metal precioso ha bajado un 6,61%. Esto sorprende, dada su posición como activo de refugio seguro, que normalmente prospera cuando el interés por el riesgo flaquea —lo que ha quedado ilustrado por el S&P 500, que ha caído un 7,6% en el mismo período, camino para su peor septiembre en 18 años.

                       Hay un catalizador inmediato de este comportamiento: el inesperado repunte del dólar que ha subido un 2,5% este mes, a causa de múltiples posibles factores conflictivos: la aversión al riesgo reflejado en las acciones mientras que algunos datos económicos han mejorado, pero, por sobe todo, el afloje en el dinero helicóptero. El billete verde marcó un hito el martes cuando el índice dólar, que sigue su evolución con respecto a una cesta de otras seis divisas, alcanzó el nivel de 94,23. El DX, como se conoce al índice, dejó atrás el nivel de resistencia de 94 por primera vez desde julio.

                       Para algunos, pesimistas en mi opinión, las esperanzas de los alcistas de mantener el oro y la plata por encima de 1.900 dólares y 23 dólares por onza —mínimos defendidos desde agosto— podrían estar desvaneciéndose. En un blog en FXStreet, Dhwani Mehta dijo: «El oro ha reanudado su reciente impulso a la baja, tras haber confirmado un desplome simétrico del triángulo en el gráfico por horas, abriendo un espacio para una prueba del objetivo del patrón cerca de los mínimos del mes de agosto de 1.863 dólares».

                       Y añade: «Antes de ese nivel, los mínimos del lunes de 1.882 dólares podrían desafiar el compromiso de los bajistas. El camino de menor resistencia sigue siendo a la baja, ya que el índice de fuerza relativa (RSI) bajista sondea el territorio sobrevendido en 31,17, lo que permite más descensos».

Spot Gold Weekly. Gráficos de Sunil Kumar Dixit.

               Por su parte, Sunil Kumar Dixit agregó que la caída del oro probablemente se acelerará una vez que DX llegue a 94.60. Una fuerte reversión del oro podría situarlo en 1.690 dólares, lo que debería ser «el punto de reversión», marcando un mínimo más alto tras el ahora famoso fondo de marzo de 1.450 dólares, según Dixit. Y añade: la plata, mientras tanto, podría dirigirse al colapso total, habiendo perdido ya el precio al contado su nivel clave de 24 dólares por onza y estando los riesgos a la baja en 22,40, 21,90 y 19,90 dólares a continuación, de acuerdo con los gráficos.

Spot Silver Weekly

                   En fin, lo cierto es que el oro hoy empezó a recuperarse hasta los 1874 y el dólar a caer. EL DX estaba en 94,36 mientras que la plata se recuperaba hasta 23,22. En mi opinión, estos son buenos precios para comprar.

*Senior Advisor, The Cedar Portfolio 

@alextagliavini

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