Por Alejandro A. Tagliavini*

                    La suma de deuda pública y privada, global, pasará de US$ 255 a 325 B (230 veces el PBI español) en 2025, según el Instituto de Finanzas Internacionales, debido a los “estímulos” de los gobiernos con la intención de paliar los gravísimos efectos de la represión de los mercados: cuarentena y demás.

                   Además, los déficits fiscales se situarán en niveles inéditos. Y no solo la Fed está llenando a EE.UU. con dinero helicóptero sino que el Banco Central Europeo (BCE) pretende emularla multiplicando su ya grueso balance.

                Ahora, como inflación es el exceso de oferta monetaria por sobre la demanda, en tiempo real, sobre todo el dólar es probable que no vea una inflación desatada -y que no suba el IPC dada la recesión– ya que tiene una enorme demanda global. Y se abre, entonces, una posibilidad adicional: que los institutos emisores puedan deshacerse de toda esa deuda mediante una simple anotación contable. Claro que todo esto no será gratis, pero de momento no entraremos en ello.

                Así las cosas, con tanta liquidez suelta, las Bolsas comenzaron una subida vertiginosa y ahora pareciera que se asoma una corrección. La semana pasada fue la peor en Wall Street desde el 20 de marzo. El NASDAQ 100 ha sido uno de los más populares de 2020, repuntando casi 50% frente a sus mínimos de marzo, cerrando en máximos históricos el 10 de junio -superando los 10.000- pero terminó cayendo 1,63% mientras que el S P 500 pierde 4,78% y el Dow Jones deja 5,55% en la semana.

Daily NASDAQ Composite

                  Ahora, como señalamos en una columna anterior los indicadores ya mostraban una fuerte sobre compra. Los analistas coinciden en que están latentes los riesgos bajistas, con la altura aparece el vértigo y Wall Street amenaza con una nueva corrección hacia los mínimos de mayo. Y, como señala Michael Kramer, el mercado de opciones indica que la carrera alcista del Nasdaq podría enfriarse.

                  El petróleo pierde 8% en la semana, el Brent cae 41% desde enero y el WTI 40%. El índice de volatilidad (Vix), quedó en los 36 puntos, nivel de relativa calma considerando que a mediados de marzo había alcanzado los 82, siendo 13,86 puntos los mínimos de 2020. El euro retrocede a los 1,126 dólares, después de tocar los 1,14 dólares intradía. El oro acaba la semana en la cota de US$ 1.740/onza, lo que supone una rentabilidad en lo que va de año de 14%. Pintan bien los bonos del Tesoro ya que la Fed insiste en que los seguirá comprando.

                  Argentina va al hundimiento definitivo con una represión, al mercado, totalizadora, con la excusa de la “pandemia”. Como señala el destacado economista Roberto Cahcanosky, desde que asumió el actual Gobierno, el BCRA emitió para financiar al Tesoro $1.212.000 M, el 70% de la base monetaria al 10 de diciembre de 2019. El tumor de la emisión se agrandó hasta niveles insospechados.

                Y como el peso argentino ni de cerca tiene la demanda del dólar, por la inflación que vendrá -y que por ahora aguanta por la demanda dada la cuarentena y la represión del IPC- habrá que irse al dólar.

                Un alternativa son los Cedears, que representan acciones de empresas que cotizan en el exterior, listadas en el Byma, y que pueden adquirirse en Argentina. Entre enero y mayo, las operaciones con Cedears aumenaron 654% interanual acumulando unos $46.000 M. Pero, por lo que vimos sobre las perspectivas de Wall Street, esta podría no ser una buena alternativa hoy. Por cierto, con los Cedear, se paga implícitamente un tipo de cambio de CCL, que hoy tiene una brecha en torno al 70% respecto del oficial y hay que considerar la liquidez de lo que se compra.

                  Otra alternativa es la deuda corporativa dólar linked de empresas como Pan American Energy, IRSA, YPF y Genneia y, para la próxima semana, ya están anunciadas al menos una emisión de YPF Luz y otra de Generación Mediterránea. Por razones de liquidez, lo recomendable son los FCI que tengan dentro de su cartera instrumentos dólar linked. Las obligaciones negociables (ON) dólar linked podrían ser una buena alternativa -que asegura un tipo de cambio más bajo que el blue o MEP- sino fuera que la caída libre del país puede llevarse puesto al más pintado. 

                  Con el blue apreciándose -mejor dicho, el peso devaluándose- el 50% en lo que va del año, pocos activos lograron acompañarlo. Los bonos que ajustan por Cer casi lo logran, mientras que, teniendo en cuenta que la inflación en los próximos 12 meses estará en torno al 49% -muy optimista en mi opinión- la tasa de plazos fijos se quedaría unos 20 puntos debajo. Aunque, la suba del IPC en mayo fue de 1,5%, y la tasa mensual de 2,5% que paga un plazo fijo sería positiva. 

                Mientras que el dólar MEP sube 47% en lo que va del 2020, el Merval en pesos gana 5,4% perdiendo en dólares casi 40%. En línea con la caída del 40% en promedio de las acciones argentinas en Wall Street. Y la tendencia continuará aun cuando en las últimas semanas le ganó a un dólar relativamente quieto: en los últimos tres meses el Merval en dólares sube 23% y algunas acciones, como Banco Supervielle, más aun.

               Los bonos a tasa fija perdieron importantes posiciones, cayendo entre 6% y hasta 30%. Las inversiones en tasa fija pierden fuertemente contra el dólar, como es el caso de los FCI T+0. Los bonos que ajustan por tasa Badlar suben 25% en 2020, ofrecen un rendimiento negativo en términos de tasa real.

              Además de los US$ 200 adquiridos por la vía legal, al final, de momento, en términos generales -salvo casos puntuales- lo mejor parece ser los blue guardados como hace Doña Rosa. Y tampoco lucen tan mal, como decíamos en otra columna, las criptomonedas.

*Senior Advisor, The Cedar Portfolio 

@alextagliavini

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