Por Alejandro A. Tagliavini*

                    En mi última columna decía que se esperaba un análisis optimista de la Fed y que eso podría empujar a las bolsas, pues no fue así. Este miércoles finalmente dijo que la crisis pesará bastante y que plantea riesgos considerables a medio plazo. Sus proyecciones pueden verse en este gráfico:

              Consecuentemente decidió mantener las tasas en un rango de entre el 0 y el 0,25% sin que se vislumbre una suba al menos hasta 2023. Además, continuará comprando bonos del Tesoro -lo que los hace más atractivos para inversores conservadores- y valores respaldados por hipotecas «al menos al ritmo actual».  Estas compras, conocidas como flexibilización cuantitativa, o QE, han engordado ya su balance en más de US$ 2 B desde mediados de marzo hasta los 7,1 B.

                Por cierto, un detalle político no menor. La Fed se ha convertido en el banco central del mundo al instaurar líneas de intercambio (swap) con otras instituciones para garantizar la liquidez en dólares, es el Mecanismo de Recompra Temporal para las Autoridades Monetarias Extranjeras e Internacionales (FIMA Repo Facility) que “ayuda a respaldar el buen funcionamiento de los mercados”.

                 Como decía en una columna anterior, a pesar del optimismo reinante en ese momento, los índices mostraban una sobrecompra. Total, que tanta suba dio oportunidad a una toma de ganancias profundizada por el poco optimismo de la Fed, y la mayoría de las Bolsas globales cayeron fuerte.

Quizás sea momento de mirar al oro. Por cierto, el modo más fácil de comprarlo es comprando un ETF, que se negocia como cualquier acción ya que es un fondo que invierte en oro y cotiza en bolsa, siendo el más conocido el SPDR Gold Shares (NYSEARCA: GLD) que sube 14% en lo que va de 2020 y hay otros ETF que suben todavía más. Aunque lo más rentable es comprar futuros de oro COMEX que pueden apalancarse y rollearse, claro que es algo más riesgoso.

                   En cualquier caso, no puedo dejar de señalar que algunos ven una tendencia alcista a mediano plazo y para el caso del Dow Jones exhiben el siguiente gráfico:

                  En Argentina el fuerte tufillo a “chavización” y el inacabable problema de la reestructuración de la deuda pegaron duro y el SP Merval cae muy fuerte. Y, el clásico argentino que la lleva a Doña Rosa al blue, la inflación.  

                   En el acumulado hasta mayo de 2020, el BCRA distribuyó un total de $1.052.000 M de asistencia directa del BCRA que implica una emisión del 3,5% del PBI estimado para 2020, convirtiéndose en la mayor cifra de los últimos 30 años. La base monetaria está creciendo a una velocidad del 60% anual, pero la demanda de dinero, según el agregado M2, lo hace por encima del 95% anual.  

                   Así, el IPC está contenido básicamente por presión del gobierno con tarifas congeladas, precios cuidados y demás, y la fuerte recesión. El IPC de mayo subió 1,5%, según el Indec, que se suma al 9,4% acumulado en los primeros cuatro meses de 2020.

                    En tanto que varias consultoras coinciden en que desde finales de mayo se observó una aceleración de los precios, en buena parte porque el cepo ultra hard obliga a las importadoras a financiarse con dólares más caros y eso se está trasladando al resto. Según el Centro de Economía Regional y Experimental (Cerx), durante la primera semana de junio se registraron faltantes en el 27% de los productos habituales de góndola del promedio de los supermercados. Consecuencia lógica de unos precios reprimidos por el Estado.

                    Por su parte el blue -que revela con más transparencia la inflación real- acumula un salto de 45% desde que empezó la cuarentena pero en lo que va de junio la cotización ha mostrado una mayor estabilidad, de hecho, cae -0,8% achicándose la brecha con los “otros dólares”.

                   En fin, un modo de evitar la inflación son las criptomonedas, de hecho, se multiplican quienes las usan para hacerse de dólares o transferir al exterior. Además del famoso bitcoin (BTC), están las llamadas “stablecoins” que son criptomonedas que evitan la volatilidad típica del BTC ya que están atadas 1 a 1 con el dólar u otro activo, como el euro o el oro.

    

           Como muestra el gráfico, gentileza de Gonzalo Martínez Mosquera, la stablecoin más importante es el “Tether” que ya ronda los US$ 9.000 M emitidos (aproximadamente, 85% del total). En Argentina, las más utilizadas son DAI, True USD y USDc.

*Asesor Senior en The Cedar Portfolio  y miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

@alextagliavini

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