Por Alejandro A. Tagliavini*

 

En EE.UU. los legisladores republicanos y demócratas orquestaron estímulos fiscales por unos US$ 3 B, más del 14% del PBI de 2019 y todavía se espera otro billón para el mes que viene. Esto acarrearía una fuerte sobreoferta -inflación- sino fuera que el dólar tiene muchísima demanda global, a la vez que las otras monedas se depreciarán quizás más: analistas estimaban en abril que los países del G-20, para capear la crisis por las cuarentenas, lanzarían estímulos por US$ 8 B, pero esta cantidad ya rondaría los 10 B.

Insólitamente, argumentan que la intervención estatal no es una toma de control sino una forma de preservar el libre mercado. Otra incoherencia de las muchas que estamos viendo y ya empiezan a darse cuenta. Aumentar impuestos -que pagará el mercado- en los próximos años será la contrapartida, advierten economistas como Jay H. Bryson, de Wells Fargo, quien estima que la deuda del gobierno llegará al 110% del PBI en el 2030 desde el 80% registrado en 2019.

Para sumar presión inflacionaria, los fondos de los futuros de la Fed llegaron a cotizar a 100.025, lo que implica expectativas de tasas por debajo de cero, lo que de darse marcaría un hito histórico. El rendimiento de los bonos del Tesoro a dos y cinco años ha alcanzado nuevos mínimos históricos en el 0.11% y el 0.28% respectivamente, aunque luego repuntaron algo.

De paso, un consejo interesante da Albert Salvany: se puede identificar, no un Cisne Negro, pero sí que se está produciendo una situación peligrosa observando tres índices: el oro (XAU/USD), el de volatilidad VIX y el Dollar Index Spot. En principio, si suben los tres, la tormenta perfecta ya está encima, luego hay que analizar el movimiento de cada uno.

cisne negro

En tanto en Argentina el IPC se verá retrasado dada la recesión, no así la inflación que será replicada por el blue, es decir, en la devaluación del peso. Dadas las suspensiones, reducciones de salarios y caída de ingresos se calcula que la pobreza pronto alcanzaría el 50%, llegando incluso al 30% de los ocupados desde el 27.5% al término de la era Macri.

La actividad industrial se contrajo en marzo el 17%, y abril será peor ya que tuvo cuarentena todos los días. Para darnos una idea, la industria automotriz cayó 34% i.a. en marzo y 100% en abril. Y mayo, aunque se abren algunas industrias, podría ser peor dado el empobrecimiento de los consumidores, empresas quebradas y casos como Acindar que, ya autorizada a trabajar solo al 30%, podría importar desde Brasil.

Mientras sigue la saga de la discusión con los bonistas con títulos ley Nueva York, para aumentar el dramatismo este lunes podría declararse en default la provincia de Buenos Aires. Entretanto, además del desarme de los papeles dolarizados de los FCI, el MEP y CCL se dirigían a la baja por estar bajo un control casi total, así como contrapartida, el blue promete escalar.

Y el BCRA emite a gran velocidad, con giros récord al Tesoro, y pérdida de reservas que, en cuatro meses, ya superan los US$ 2.000 M. En momentos en que debería estar acumulando reservas, pierde y, al 4 de mayo, le quedaban US$ 43.575 M. En la última quincena perdió US$ 311 M, pero este es el resultado neto, ya que se vendieron más de US$ 600 M, lo que implica una pérdida de casi el 70% de lo que había comprado en lo que va del 2020.

Son dólares que han ido a pagos de deudas y financiamiento comercial, junto con pago de importaciones. Por cierto, el lunes pasado del BCRA salieron US$ 324 M para el pago de intereses de la deuda con el FMI que, irónicamente, resulta ser privilegiado aun cuando fue corresponsable de los errores de la administración Macri, al tiempo que recomienda un fuerte recorte a los acreedores privados. O sea, quién siga insistiendo en que el (multi) estatal FMI es “promercado” niega la realidad.

Así las cosas, la presión escalará sobre el blue o sus alternativas más abiertas como el bitcoin que, a la espera del “halving”, llegó a superar los US$ 10000 (+113% respecto del 16 de marzo) aunque probablemente por aquello de “compra con el rumor y vende con la noticia” en las últimas horas bajaba hasta los US$ 8500. Otra alternativa es el “dólar digital” -o stablecoins, divisas virtuales atadas a un activo real- como el DAI, un “blue legal”, que se puede comprar en la web por hasta $200.000 por operación, lo máximo autorizado por la UIF.

Los exchanges –las casas de cambio virtuales– se han multiplicado. El DAI tiene la “ventaja” de una paridad fija 1 a 1 con el billete estadounidense y cuya cotización, al ser un mercado -todavía- libre subió al ritmo de las variantes del dólar libre y hoy supera los $120 en promedio. En los exchanges los fondos se pueden convertir al instante entre monedas digitales y pesos y los saldos pueden enviarse a cuentas bancarias o de Fintech.

La emisión de la DAI está “gobernada” por un contrato inteligente -sobre la blockchain de Ethereum- sin un «banco central» y sus regulaciones represivas, con lo cual el universo de posibilidades es infinito. Por caso, las DEFI -Finanzas Descentralizadas, traducido al castellano-, como el Savings Rate (DSR), una caja de ahorros remunerada, y hasta podría suceder que los mismos usuarios ofrezcan préstamos a tasas pre acordadas. Y, por cierto, se va en camino del uso de las monedas digitales como medios de pago aceptados en comercios a través de códigos QR, con una app al estilo de la de Mercado Pago.

 

*Asesor Senior en The Cedar Portfolio

@alextagliavini

www.alejandrotagliavini.com

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