Por Alejandro A. Tagliavini*
La noticia de la semana pasada fue que, las similitudes entre el frenesí que este mes agregó más de US$ 1 B en valor al mercado de valores de China y el atracón alimentado por la deuda de 2014, hizo que muchos se pregunten si gesta una nueva burbuja en base a astronómicas inyecciones de liquidez -inflación- por parte del banco central.

Como se ve en la figura, la recuperación de 2014 comenzó a acelerarse en octubre, y el valor de mercado subió 32% hacia fin de año. El ritmo es aún más rápido esta vez, con un aumento del 41% desde un mínimo de marzo.

Como se ve en este gráfico el apalancamiento, el valor neto del capital que los inversores han pedido prestado para comprar acciones, ha llegado al punto más alto en cinco años. Aun así, la deuda marginal cercana a los 1.3 B de yuanes es la mitad del pico de 2015.

Este gráfico muestra que la facturación diaria superó los 1,5 B de yuanes (US$ 214.000 M) el 6 de julio.

Aun así, el Compuesto de Shanghai sigue siendo barato en comparación con otras acciones a nivel mundial, cotizando con un descuento similar a finales de 2014. Para Goldman Sachs el Índice CSI 300 podría aumentar otro 15%, pero tal recuperación durará no más de tres meses. Aunque la renta variable china ha corregido el viernes casi dos puntos porcentuales, cuando fondos estatales anunciaron recortes de participación en las empresas, y también cayó Hong Kong, porque aumentan las tensiones por la ley de seguridad impuesta por Pekín.
En occidente, los bancos centrales han distribuido más US$ 3 B, dos veces y media de lo que hubo durante la crisis de 2008. Así, están detrás del 30% de la -inflación- subida del mercado entre abril y mayo. En Wall Street el Nasdaq 100 ha revalidado en cuatro ocasiones sus máximos históricos y supera los 10.800. EL Dow Jones llegó a los 26.075,30 y el S&P 500 quedó el viernes en los 3.185,04. El Nasdaq 100, el índice tecnológico, está desatado y en lo que va de ejercicio acumula una rentabilidad del 23,7% frente al 1,7% que pierde el S&P 500 y 8,8% el Dow Jones.
Por su parte el índice de volatilidad (VIX), cae hasta 27,29 y se acerca a los 24,5 que fue el nivel más bajo que tocó después de alcanzar los 82 en el peor momento de la corrección. El Dow y el S&P 500 siguen incapaces de superar sus respectivas resistencias en los 27.000 y los 3.190, así, analistas como Ioannis Kantartzis creen el S&P 500 tendría un techo de corto plazo.

S&P 500
El Nasdaq sube gracias a Netflix (15%) -Goldman Sachs elevó su precio objetivo hasta los US$ 670 en los próximos doce meses-, Twitter (14,7%), Freeport-McMoran (13%), Amazon (10,8%) y Air Products & Chemicals (10,55%). Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Alphabet(matriz de Google) -las FAANG- capitalizan 40% más que el EuroStoxx 50 al completo tras subir casi 65% desde los mínimos de mediados de marzo y acumular ganancias del 40% en 2020, situándose en zona de máximos históricos excepto Alphabet. Juntas su capitalización supera los US$ 5 B. El índice FANG+ que suma a las cinco fantásticas a Tesla, a Alibaba y Baidu o a Twitter, gana 45% en 2020.

Por cierto, parecen sobrevaloradas, pero la mayoría de los analistas coinciden en que tienen mucho por crecer. Amazon cotiza a un PER de 80 veces, según la estimación para 2021, mientras que Netflix lo hace a 55 veces y el resto de las FAANG a alrededor de 25, muy por encima del multiplicador medio del mercado estadounidense.
Desde el City advierten que la temporada de resultados está a punto de empezar y se espera que sea la peor de la historia. La previsión que manejan es la de una caída media del BPA (beneficio por acción) de entre el 50% y el 60% este año. Así las cosas, el nivel en el que está ahora el mercado indica que hay un 85% de probabilidades de que sufra una corrección en los próximos doce meses.
En tanto que los futuros del petróleo Brent sube hasta alcanzar la zona de los US$ 43,2 y así cae 34,5% desde enero. Por su parte, los del WTI registran un ascenso hasta los US$ 40,5 y así en lo que va de año la caída es del 32,7%. El oro supera los US$ 1.820,6 algo que no se veía desde 2011 con lo que su rentabilidad en 2020 es del 18,3%. Y el euro, en lo que va de año se aprecia un 0,75% sobre el dólar.
Por cierto, una opción ultraconservadora para el largo plazo porque de momento los precios vienen bajando, son los inmuebles. Por caso, Amancio Ortega ha creado un imperio inmobiliario de más de US$ 18.000 M a través de su brazo inversor, Pontegadea. Arrenda sus edificios en todo el mundo a Apple, Amazon… incluso a la competencia.
En cuanto a la Argentina, el gobierno está literalmente masacrando a la economía con una represión del mercado nunca vista, con la excusa del coronavirus. De modo que cualquier inversión es desaconsejable y de alto riesgo, salvo en casos puntuales y cisnes negros que siempre los hay.
Según uno de los mejores economistas argentinos, Roberto Cachanosky, desde que llegó al gobierno AF el sector privado formal perdió 332.823 puestos de trabajo y cerraron 25.000 empresas, comercios pequeños, etc. con datos de la AFIP. Y desde el 10 de diciembre de 2019, el BCRA emitió $ 1,5 B, aumentando la base monetaria 35% y el stock de LELIQs en $ 1 B. “Es una masacre monetaria que en algún momento termina en un plan Bonex o en una hiper”, estima Cachanosky.
La situación es tan mala que hasta el gobierno reconoce que los efectos serán «graves». El IFE -y el astronómico gasto estatal- «no tiene fecha de vencimiento» sino que crecerá. «El gasto público es una medida fundamental» aseguran sin aclarar que ese gasto es financiado por todos, pero recae con más fuerza sobre los más débiles ya que los empresarios, por caso, se cubren de impuestos e inflación subiendo precios o bajando salarios.
Y ya que estamos aquí, vale aclarar que el (multi) estatal FMI nunca fue “pro mercado” como le han vendido a la opinión pública sino lo contrario, como buen banco estatal, y ahora ha dicho que el gasto público deberá mantenerse elevado, por supuesto financiado por el sector privado vía aumento impositivo.
Y lo peor del caso es que, aún si se levanta la cuarentena, la población estará tan empobrecida que probablemente ocurra lo que en España donde, además del 9% de los comercios que cerraron al no poder superar la cuarentena, existe el riesgo de que otro 10% no pueda sobrevivir desde que la caída en el consumo puede llegar al 30%. Y Argentina tiene una capacidad de resistencia mucho menor.
De modo que la mejor inversión en Argentina, siendo conservadores, es escaparse al blue y al exterior. Ya que el dólar en algún momento estallará. En los últimos 10 meses las colocaciones en dólares en el sistema financiero bajaron en US$ 15.500 M, 48%. Al 30 de junio, los depósitos del sector privado eran de US$ 18.816 M. Las reservas netas del BCRA están alrededor de US$ 10.000 M. Así, según LCG el tipo de cambio oficial dadas las reservas debería ubicarse entre los $ 100 y 105.
El dólar Mep gana 8,4% en lo que va de julio recuperando más de lo que había perdido en junio. El CCL aumenta 4,8%, más de la mitad de lo retrocedido el mes pasado. Así, la brecha con el tipo de cambio oficial vuelve a promediar el 50%. El alza del tipo de cambio oficial minorista es de 1,4% (0,7% el mayorista) en lo que va del mes.
El BCRA continuaría con las micro devaluaciones de 0,13% semanal (2,7% mensual) al dólar oficial. Hoy, la principal incógnita es la resolución del conflicto con los acreedores, pero, aunque se resuelva, eso podrá dar un breve respiro, hasta que quede claro que la caída de la economía se profundizará, dado el aumento del peso del Estado, y no podrá cumplir ningún acuerdo.
*Asesor Senior en The Cedar Portfolio y miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California
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