Por Alejandro A. Tagliavini*
Tal cual escribo desde hace trece años, la economía caerá con Macri. Dicho sintéticamente, cree que la locomotora es el Estado y, consecuentemente, lo ha “potenciado” a costa del sector privado -el mercado, las personas, el pueblo- cada vez más expoliado y asfixiado.
Se equivocaron -y feo, por ignorancia- quienes creyeron que Macri es pro mercado, se equivocaron -y muy feo, por ignorancia- quienes lo justificaron argumentando que había recibido una pesada herencia. Si recibió el vaso vacío, eso era una “bendición” política porque, con poco que hubiera hecho -solo un par de gotitas-, el cambio habría sido radical: ¡de nada a tener agua!
Se equivocaron -y feo, por ignorancia- quienes lo criticaron porque, supuestamente, era “gradual”: nunca lo fue, en el sentido de una economía libre, de haber sido así el mercado se habría expandido “gradualmente” pero se contrajo, porque, si hubo “gradualismo”, fue en el aumento a la expoliación del mercado: cada vez más impuestos, inflación y endeudamiento/tasas altas.
Pero Macri no estuvo solo, lea los registros históricos del REM que realiza el BCRA y verá cómo, básicamente, las “consultoras” allí encuestadas le creyeron al gobierno -y lo alentaron- y erraron y yerran sistemáticamente en sus pronósticos. Creyeron que el PBI crecería por una mayor cosecha o un mejoramiento de Brasil o debido a otros argumentos mercantilistas que no van al fondo: el Estado parasito cada vez más grande.
De paso, tampoco es verdad lo que dicen los conservadores y economistas clásicos sobre el ajuste, la reducción del gasto y el déficit cero. Estrictamente, lo que destruye a la economía no es el gasto en sí -EE.UU. tiene uno muy superior y crece- que, eventualmente, podría financiarse con recursos del Estado: vendiendo sus incalculables propiedades.
Lo malo del Estado -lo único malo- es el hecho de que obtiene recursos coactivamente -impuestos, inflación, tasas altas- porque son, precisamente, recursos que el mercado en pos de la eficiencia económica jamás hubiera entregado voluntariamente, solo con coacción, y la violencia siempre destruye, a la eficiencia en este caso.
Una de las apuestas keynesianas del gobierno consiste en reactivar vía el consumo. El aumento del 11,8% en jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares y la suba extraordinaria del 46% en la AUH y el pago de la ayuda escolar, por única vez en el año, de $ 1700, inyectarán este mes unos $ 21.100 M adicionales en el mercado. No alcanza.
Según el Ieral, considerando la evolución de los ingresos de trabajadores, jubilados y beneficiarios de planes durante el primer semestre los ingresos familiares tendrían una caída interanual en términos reales de entre 6% y 7%. Pero “En el segundo semestre se prevé una recuperación en términos interanuales, entre 9% y 11%”. Irreal.
Se basan una tasa de inflación de entre 29% y 35% anual para 2019 cuando no hay razones de fondo para creer en una recuperación, del PBI, y sí que la inflación podría equiparar, y hasta superar, a la de 2018, alrededor del 50%. En enero el IPC ya subió 2,9%, en febrero superaría cómodamente el 3,5% y va para peor, con lo que la caída de los ingresos en términos reales superará estas estimaciones. Con esta errada idea de la inflación, para el Ieral la pobreza podría retroceder hasta 3 puntos en 2019 desde el 33% a fines de 2018. Todo lo contrario, la pobreza va camino de aumentar.
Por mostrar un disparate económico, las pymes para financiarse -y esto hasta hace unos días cuando la tasa de las Leliq bajaba- con cheques avalados de pago diferido tienen que pagar el 39% anual, mejor que el 47% que regía a fines del 2018, en tanto que en los bancos la tasa ronda el 60% anual. Hablando de finanzas, en los últimos 30 días los plazos fijos se expandieron solo 0,8% cuando la inflación ronda el 3%, dejando claro que el dinero se fuga probablemente al dólar.
Y, según era de esperarse, se pincha la burbuja de la bolsa inflada por la falsa “calma cambiaria”, el dólar artificialmente planchado. Así la subida de alrededor del 20% -en pesos y en dólares- de enero va quedando atrás, y va camino de terminar por debajo de 2018 en términos reales. En lo que va de año el S&P Merval gana solo un 6% en dólares y sigue bajando. En tanto, el riesgo país ronda las 750 unidades y es cuestión de tiempo para que bata records.
Entretanto el viento de frente recrudece. La economía global se debilita, incluyendo EE.UU. que en 2018 creció 2,9%, debajo de la promesa de Trump de superar el 3% y empeora. Otra promesa incumplida es la de reducir el déficit comercial a la mitad, ya que su proteccionismo -era esperable- produjo el efecto contrario. El déficit creció hasta los US$ 621.000 M en 2018, 12,5% más que en 2017 y 23% más que cuando Trump llegó a Washington.
Mientras que el Banco Central Europeo decidió ayer retrasar la subida de tasas para finales de 2019, y anunció nuevas inyecciones (TLTRO) de liquidez a largo plazo para la banca, lo que tiene doble lectura: más liquidez, pero más temor por el futuro europeo y global.
*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California
@alextagliavini
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