Por Alejandro A. Tagliavini*

 

«Lo trágico es que en su arrogancia infundada la gente intenta someter a la naturaleza a su voluntad» decía Masanobu Fukuoka… El gobierno cree que puede someter al mercado natural, que puede coactivamente modificarlo o inducirlo y, por cierto, les volverá como un boomerang.

Es falso -y muy incoherente- que la economía tuvo que caer para poder, luego, levantarse. Argentina cayó en 2016 debido a la continuidad de pésimas políticas que no se están reencauzando hacia reformas pro mercado. Particularmente dañina es la presión fiscal coactiva que crece -y no el déficit cuya “bajada” el gobierno festeja- ya que desvía fondos del mercado para ser malgastados.

Entretanto, la emisión sube a un ritmo del 40% anual mostrando que el gobierno no entiende que la inflación es el exceso de oferta monetaria, por sobre la demanda del mercado, en tiempo real. Es decir, emitido el exceso, la inflación se produce y no se puede revertir. Así, el intento de absorber moneda, para “contrarrestar la inflación”, que realiza el BCRA, es contraproducente.

A pesar de pronósticos optimistas, como el de Ferreres que dice que la economía creció en marzo 1,2%, si por alguna alquimia -o dibujo- el PIB muestra algún avance, será debido al aumento en la obra y el empleo público que, lejos de favorecer, perjudican porque son fondos del mercado, pasados por una burocracia voraz, cuyo resto se invierte en obras dudosas. Por cierto, como señala Martín Krause entre otros, la fórmula del PIB no muestra los motores de la producción sino del consumo.

Hasta la Cepal baja las previsiones y ahora dice que el país crecerá 2% en 2017. Descontado el aumento poblacional -entre 1.3 y 1.8%-, la subida del PIB per cápita es casi nula. Y seguramente seguirán bajando hasta tornarse negativas. Los sectores privados que crecen son el campo, que no puede arrastrar a toda la economía, y la construcción privada pero apalancada en créditos estatales creando una demanda artificial que terminará en una burbuja.

Según el Indec, la construcción subió 10,8% interanual en marzo, no solo por la obra pública, sino también por el sector privado. Por caso, las escrituras de compraventa de inmuebles en CABA, en marzo subieron 43,7% interanual, con una fuerte presencia de hipotecas bancarias, que aumentaron 130%. El Banco Nación está otorgando casi 1.400 créditos hipotecarios mensuales y sus préstamos representan el 24% del sistema financiero.

Así, el gobierno está creando un crecimiento artificial -ya sea con obra pública o apalancando con créditos a la privada- precisamente porque considera que el mercado no lo hace solo. Es decir, está forzando la construcción por encima de lo que sucedería naturalmente, crecimiento que volverá como un boomerang porque al mercado natural no se lo puede coaccionar sin que responda, tarde o temprano.

Hoy la rentabilidad neta de un alquiler ronda el 4%, la mitad de lo que se obtenía hace de 10 años y un tercio de lo que se daba en las mejores épocas. En parte, se explica por las tasas de interés muy bajas a nivel global, lo que ha provocado una caída general en las TIR. Pero la baja rentabilidad en definitiva se explica porque los precios de las propiedades -el capital invertido- están exageradas debido, precisamente, a una demanda exagerada originada por los créditos, apalancados desde el Estado, y el blanqueo.

Por cierto, las expensas e impuestos ya representan entre 40 y 50% de lo que se paga de alquiler, cuando históricamente era entre 20 y 30%. Entonces, en la medida en que sigan subiendo las tasas globales como las de la Fed, y dada la inflación y la recesión que no permiten aumentar los ingresos familiares, la rentabilidad de la construcción irá quedando cada vez más atrasada, y no es de extrañar que lenta o rápidamente, los precios de las propiedades se corrijan hacia la baja provocando un arrastre importante.

Para terminar, señalemos que, como dice Diego Martínez Burzaco, de MB Inversiones, «el mercado argentino está en sus máximos históricos… el retorno en dólares (es)… muy superior que el promedio de los países latinoamericanos… muchas de las grandes subas… han estado enmarcadas más por expectativas futuras que realidades… la expansión podría encontrar su límite con la realidad. Hay valuaciones… con múltiplos de Precio/Valor Libro por encima de 10 veces o ratios Precio/Ganancias por encima de 40 veces». En fin, cuando la propaganda oficial deje paso a la realidad y no se dé el crecimiento prometido, no quisiera tener esos papeles.

 

*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

 

@alextagliavini

 

www.alejandrotagliavini.com

 

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