Por Alejandro A. Tagliavini*

 

Al titular del BCRA no lo desvela la sobrevaluación del peso, «hay que observar cómo se comportó en relación con otras monedas de socios, como Brasil, México o Europa… el tipo de cambio real multilateral sólo se apreció 2% en el último bimestre», aseguró y agregó que “lo más importante es enfatizar que la inflación es un impuesto a los pobres”.

Vale recordarle que todos los impuestos, guste o no, crean pobreza desde que son necesariamente derivados hacia abajo vía aumento de precios o baja de salarios o de inversiones que demandarían más trabajo. Ya en el 2007, la FAO informaba que en el mundo se producen 10% más de alimentos que los necesarios para abastecer a toda la humanidad y, sin embargo, 850 millones de personas pasaban hambre.

Dos son las causas básicas de esta aberración, primero, la fuerte carga impositiva de los gobiernos, que crean pobreza y aumentan los precios de los alimentos, y luego la maraña de trabas burocráticas y regulatorias estatales que encarecen en exceso la logística y a veces hasta hacen imposible el traslado y comercialización.

Pero volviendo al tema, una cosa es lo que la gente expresa con el corazón y otra con el bolsillo, con la realidad. Así, a pesar de que las encuestas dicen que la gente está esperanzada, en el mercado crece la compra de dólares colchón mostrando, no solo desconfianza en la moneda local, sino en las inversiones productivas.

Hoy, en las mesas se ofrece un rendimiento máximo del 18,5% anual por los depósitos grandes, poco comparado con la devaluación esperada -18% hasta febrero próximo, según el mercado de futuros- y la inflación estimada del 21%, según el relevamiento que hace el BCRA. Así las cosas, el stock de los plazos fijos de grandes inversores disminuyó en $5.000 millones solo durante la primera quincena de abril

Aclaremos que el ritmo de emisión hoy ronda el 30% anual con lo cual, en mi opinión, la inflación será más alta si consideramos que las Lebacs -y pases- son inflacionarias desde que contraen la demanda de moneda, a lo que hay que sumarle la probable contracción del PIB, contra todos los pronósticos.

Entretanto, los ahorristas más chicos se vuelcan a las Lebac y al dólar ya que los «pases pasivos», que tienen la mejor tasa -26,25% anual- son solo para bancos. Así, en abril las compras se acercan a los US$ 2.000 M mensuales duplicando el promedio del año pasado que ya fue alto, de hecho, el 2016 terminó con la peor «fuga» de capitales en cinco años. Lo que evita que el BCRA tenga que emitir más para comprar dólares ya que, aun ante la importante oferta de dólares por blanqueo y emisiones de deuda, el tipo de cambio se mantiene bajo.

Finalmente, dada la desconfianza en el sistema político global, el oro se acerca a los 1.300 dólares por onza lo que implica una subida -en dólares- del 12% en lo que va del año, superando ampliamente la suba de los principales índices bursátiles del globo.

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